Author: Salmon | Posted at: 4:15 PM | Filed Under: Salario minimo |
Parte de las tradiciones navideñas, es el intento de reunión, que cada año proclaman las centrales obreras y el gobierno nacional, para pactar el SM, y que normalmente termina con un decreto, expedido unilateralmente sin contemplaciones, ordenando el aumento irrisorio del salario.
En medio de la silvestre desinformación que existe en este país, la gente no conoce la definición de Salario Mínimo. El SM es aquel salario mensual, que devenga un trabajador casado, padre de dos hijos en edad escolar, y cuya mujer es de hogar. Debe alcanzarle este SM, para pagar arriendo, ya que no es propietario; pagar impuestos y servicios públicos; mantener a su familia; comprar ropa para todos; pagar el transporte de sus hijos; divertirse en algún municipio cercano, con su familia, por lo menos una vez al mes; y además, dicho SM debe permitirle ahorrar hasta un 10% del mismo, cada mes.
Usted señor obrero, ¿podría efectuar todas esas cosas con este SM, que a la fecha es de $515.000 mensuales? Obvio que no, imposible. Algunos estudiosos hicieron este cálculo: el SM que se paga en Colombia es Nominal (SMN), es decir, de nombre. Si se toma dicho valor de SMN, y se multiplica por 5, el producto le da aproximadamente el Salario Mínimo Real (SMR), es decir, aquel salario que le permitiría a un trabajador, cumplir con la definición dada arriba. O sea, el SMR actual, debería ser de $2´575.000.
¿Cómo así? ¡Pues sí! Ya se sabe que dentro de la estructura político, administrativa, y económica de Colombia no se podría pagar jamás dicho, SMR. La mayoría de la población colombiana, supervive con el SMN.
Mientras tanto, el señor presidente y los congresistas ganan cada uno $22´000.000 mensuales (equivalente a 43 salarios mínimos nominales), fuera de “patas”. Y además, les dan carro particular muy lujoso, y otras prebendas que, conjuntamente, en mi opinión, son una de las causas principales del déficit fiscal, sí es que éste existe.
Mientras tanto, Juan Pueblo, paga sagradamente sus impuestos, que cubren los robos descomunales que él jamás hizo. No se da cuenta del asunto, porque él y su familia, así como el 90% de la población, está pendiente de un aparato hipnotizador, llamado TV (Tonto Viendo), con sus programas, realities y telebobelas alienantes; se desvive por un balón lleno de aire (el fútbol, sumercé); y obvio, ingiere cantidades alarmantes de cerveza y licores, todo el año. Todo esto, le permite roncar todo el tiempo. Es claro que al estar dormido, no puede darse cuenta de nada.
Villavicencio, 22 de noviembre de 2010
Por Víctor Julio Sánchez Mora – CPT
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