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viernes, 25 de febrero de 2011

Perjuicios de la inversión extranjera y la explotación transnacional minera en COLOMBIA

Los páramos son ecosistemas terrestres que se ubican por encima de los 2900 msnm con características propias de altiplanicies húmedas, de abundante vegetación y sitio de nacimiento de un significante número de vertientes hídricas.1 El PÁRAMO DE SANTURBÁN ubicado en los departamentos de Santander y Norte de Santander, es el punto de obtención de agua para suministro, uso y consumo de los habitantes en el área metropolitana de Bucaramanga y demás municipios de la región. Actualmente, la empresa multinacional canadiense Greystar Resource Ltda está solicitando al ministerio del ambiente (gobierno nacional) una licencia ambiental, para realizar procesos de exploración y explotación que conduzcan a la extracción de nuestros recursos minerales como oro y plata en este primordial páramo, llevando a cabo el ambicioso proyecto de explotación minera a cielo abierto.
A las empresas multinacionales que invierten en el país -la llamada inversión extranjera-, se les concede un sin número de exenciones y gabelas tributarias (esto es, maniobras para que paguen bajos impuestos, contario a la inmensa cantidad de impuestos que se le imponen al pueblo), creando un grave déficit fiscal en el país. Estos tributos que se le cobran a las transnacionales, llamadas regalías, son ingresos de la nación que van a la hacienda pública; si no fueran irrisorios servirían para invertir en educación, salud, servicios públicos, desarrollo social y solucionar varios problemas sociales. Además, estos no son los únicos problemas que crean la inversión extranjera y la explotación minera de los monopolios, se incluyen los devastadores e irreversibles daños de naturaleza ambiental, social, económica y cultural.
La comunidad de Tlalpujahua, un pueblo de estilo colonial a 160 kilómetros de la capital de México, bien puede ser símbolo de la grandeza ilusoria y los daños reales de la minería en este país. Entre 1905 y 1913 fue una de las mayores productoras de oro del mundo, y en 1959 fue liquidada por el gobierno por su escasa rentabilidad2; la explotación minera a cielo abierto produjo en este territorio grandísimos daños ambientales y sociales, un pueblo desolado y un territorio totalmente desértico.
Las empresas transnacionales no son propiedad pública ni del pueblo, no hay duda que hay un grupo de personas o persona propietario de estas empresas, con intereses personales y propios, que se caracterizan por la ambición y por acumular el mayor numero de utilidades; ellos no miden consecuencia a la hora de desarrollar un proyecto. A las transnacionales capitalistas les importa poco o nada, lo que le pueda pasar a las personas o comunidades que habitan en las inmediaciones del lugar de desarrollo del proyecto minero, lo que suceda en el territorio donde lleva a cabo sus operaciones, y tampoco que puedan contaminar un recurso vital como el agua; ellos vienen del norte, por lo tanto no les perjudicará a corto plazo el daño que produzcan en otro territorio.
Los recursos naturales son necesariamente esenciales para la vida y desarrollo de los seres humanos y la sociedad, si el gobierno concede la licencia minera, no llevaría a reflexionar sobre el verdadero carácter de este.

¡Defendamos el agua, Defendamos nuestro Páramo de Santurbán!
¡No a las explotación minera a cielo abierto!
¡Fuera transnacionales y multinacionales de América latina!

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