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jueves, 14 de julio de 2011

la Paz: una apuesta de los movimientos sociales

por Edward

¿A quién beneficia el conflicto social y armado?

¿Quiénes son los estamentos que sufren de forma directa el oprobio de la guerra?

Sin duda alguna hay que reconocer una cosa, dicha por un gran filosofo y pensador del siglo XlX: “la violencia está inserta y es inherente a la sociedad de clases” [1]. Bueno, aunque este no es el tema que nos cita a elaborar esta disertación.

Esencialmente este breve artículo expondrá por que la paz debe ser una de las prioridades de los sectores sociales desposeídos, necesitados y oprimidos del país, de los movimientos sociales y
populares. Estamentos que son los que sufren diariamente los vejámenes de la guerra.

Esta guerra social que vive el país, fue impuesta por los gamonales dirigentes de los partidos tradicionales en el país, las familias dueñas de los grandes conglomerados económicos y los terratenientes. Guerra que tiene sus inicios con la colonización de nuestros territorios y saqueo del mismo por los españoles; pero que se profundizo con la declaración de independencia y la posterior toma de las riendas del nuevo estado por algunas familias. Durante todo el siglo XIX y XX se desarrollaron una serie de conflictos y contiendas militares en todo el territorio colombiano, motivados esencialmente por controlar y administrar el estado naciente, en la que participaron como figuras principales: el partido liberal y conservador. Para la década del 40 la violencia toma una connotación diferente, se vinculan a nuevos sectores y corrientes políticos a los enfrentamientos socielas. Los años 50 se caracterizaron por ser conocida como “la violencia”, en la que el pueblo conservador se mataba con el pueblo liberal, favoreciendo las familias ricas de ambos partidos. El pueblo “POBRE” liberal organizado militarmente defendía sus intereses en los lugares en que tenían asentamiento. El estado simultáneamente emprendía acciones militares, organizadas y planificadas por los Estados Unidos de América (USA), para acabar con los “bandoleros” [2]. Para la década del 60 algunos de los grupos de liberales que no entregaron las armas y que emprendieron proyectos de tipo colectivo, social y cultural, para la pervivencia, fueron abyectamente atacadas por más de 30.000 hombres con instrumentos de guerra de última generación, ofrecidos por USA [3]. Para esta época, las operaciones militares estatales se redujeron a la zona del sur del Tolima conocida como Marquetalía, dando inicio a un conflicto social, político y militar. Hay que señalar que los campesinos de esta región Vivian en paz, dirigiendo su producción parcelaria a la satisfacción de sus necesidades alimenticias, sanitarias y culturales de forma colectiva, sin producir ninguna confrontación hasta el momento; igualmente es perentorio señalar que el presidente de aquella época era el conservador Guillermo león valencia. Queda pues plasmado acá como se le impuso una guerra militar al pueblo trabajador y decente, pueblo que vivía en condiciones de pauperización completa.

Las causas estructurales que originaron la resistencia de los campesinos y el pueblo, siguen a un vigente y cada vez que el país entra en un desarrollo de tipo monopólico se acrecientan. Los datos, estadísticas, cifras así lo evidencian. ¡Para los escépticos que creen que todo está bien! pueden constatar lo contrario a través de las encuestas, en algunos ocasiones elaboradas por sectores de la derecha colombiana: la pobreza extrema, la inequitativa distribución de la riqueza, la desposesión de la tierra de los campesinos, el desplazamiento forzado, la falta de seguridad social, la poca cobertura en salud y educación, la violencia perenne contra campesinos, indígenas, afrodescendientes, estudiantes, obreros y sectores populares.

A pesar de ello los sectores sociales y populares avanzan hacia la concreción de una Paz duradera. Estos grupos sociales deben asumir el reto de construir un gran movimiento social que pugne por la salida política al conflicto, para presionar al establecimiento, a las instituciones, de llegar a un acuerdo de Paz con la insurgencia. porque si bien es cierto, los granes beneficiados del conflicto no somos la gente pobre, los beneficiarios y impulsadores del conflicto son las familias ricas, que mantiene enajenada, engañada, sugestionada a la población colombiana, con la premisa de que los causantes de los problemas económicos y sociales son los alzados en armas, farsa esta que es fácil desmascararla, si nos percatamos de los diarios fenómenos que se presentan en el país, como: la corrupción, los políticos firmando contratos millonarios, los proyecto beneficiarios a los terratenientes como “Agro Ingreso Seguro”, el irrisorio incremento del salario, la conversión de la salud y la educación en un negocio. Otros de los tantos beneficiarios del conflicto son las trasnacionales y multinacionales de armas, principalmente apostadas en los estados unidos, que nos vende armas, alimentan y alientan la guerra, en contubernio con el gobierno hacen que el país se endeude. Sin olvidar las trasnacionales de la construcción, los alimentos, los agros tóxicos, de los textiles, son los grandes beneficiarios de este conflicto.

En estos últimos meses se ven grandes avances en el tema de la Paz, se habla de solución política al conflicto, abanderado por los sectores que han padecido el drama de la guerra y la contienda bélica: comunidades campesinas, afro descendientes e indígenas. Siendo este un derecho fundamental consagrado en el Art. 22 de la constitución política de Colombia: “la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Así como el gobierno de Álvaro Uribe Vélez hizo uso de este Articulo constitucional para pactar una Paz relativa con grupos paramilitares – o mejor dicho beneficios a estos-, con la promulgación de leyes como la ley de “justicia y paz” (ley 975 del 2005) con los que en varias ocasiones el mismo Uribe demostró tener afinidad. Es un deber de los movimientos sociales utilizar este derecho institucional para plantearle a todo el país que la apuesta por la Paz debe ser el motor político que conduzca al desarrollo social.

Solo nosotros como pueblo colombiano podemos lograr que ello se concrete. Así como el gran movimiento a principios de año que se levanto en el nororiente hizo frente y creó un dique de contención a los intereses y deseos de la transnacional de la minería greystar, evitando de forma temporal que la minera explotara nuestro oro. Solo un movimiento nacional, social y amplio, sin sectarismos, con el compromiso de todos, podemos lograr que esto se concrete.

Una cosa ¡que es muy cierta!, es: cuando las clases dominantes, oligarcas se sienten presionadas por la gente, por el pueblo unido, buscan la manera de que sus instituciones y sus democracia no se vea envuelta en situaciones de poca credibilidad, por lo tanto buscan la manera de solucionar la coyuntura, aunque aplican varios procedimientos, los más notables son: la violencia contra las manifestaciones o la realización de reformas para controlar el avance popular.

En conclusión, los movimientos sociales estamos llamados históricamente a crear las condiciones objetivas y subjetivas para la realización de la paz en Colombia.

[1] Karl Marx. (1818-1883) filosofo alemán, de origen judío.

[2] cabe aclarar, que los llamados “bandoleros”, eran el pueblo pobre, explotado y partidarios
del liberalismo, alzados en armas por la defensa de sus vidas y territorios.

[3] los estados unidos durante la segunda mitad del siglo XX, se encargo de alimentar los conflictos militares que se produjeron en todo el globo terrestre, a través de: la venta de armas, el apoyo militar a las partes en guerra, el entrenamiento militar, la experimentación con nuevas armas, la intervención militar. Por eso no cabe duda, que es el equivalente contemporáneo del imperio romano. Bien hacen en llamarlo “imperio yankee”.

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